09 octubre 2007

PALABRAS DE CAVANILLES: TIBI Y SU PANTANO


"Los términos de Alicante y Elche presentan un suelo útil para toda especie de producciones, pero rinden poco por la escasez de agua.
Para asegurar las cosechas, los vecinos registraron quatro y mas leguas al contorno con el fin de descubrir algunas aguas, y las hallaron copiosas en los marjales de Onil y en las fuentes y vertientes del sur de Tibi.
Consiguieron licencia para usar de ellas pero, hallándolas insuficientes, fue preciso limitar sus deseos y contentarse con regar el distrito llamado Huerta de Alicante.
Ni aún para estas bastaban aquellas aguas, escasas en verano quando la tierra la necesita, bien abundantes y muchas veces demasiada en invierno; por lo que recurrieron al arte para conservar en un estanque.
Escogieron para hacer la obra la citada
garganta situada entre los montes Mos del Bou y Cresta, ambos de peñas sólidas calizas en blancos sobrepuestos desde la raíz hasta la cumbre.
Allí levantaron un murallón de sillares labrados en la parte exterior, macizado de cal y canto en el interior. Tiene 196 palmos de alto, 87 de grueso en su mayor altura y 340 de largo, que es la distancia de los montes entre lo más alto de la obra. En la extremidad occidental de la terrasa hay un ancho boquete con su compuerta para dar salida a las aguas, quando son tan copiosas que superan aquella altura
.
Puede subirse a la terrasa o esplanada en poco tiempo to
mando la escalera excavada entre el monte y el murallón; pero es tan angosta, desigual y peligrosa, que solo es de uso para los acostumbrados a ella. Mas seguro aunque mas largo es el camino de las cuestas que conduce a las alturas, y desde ellas mirando hacia el pantano se descubre la vista que representa la estampa adjunta.
Sus diferentes alturas y formas, la variedad de colores del terreno con la multitud de arbustos que en él crecen, amenizan el País, y lo hacen sumamente vistoso.
Como las aguas reunidas en aquella laguna provienen de las lluvias que robáron tierras en los yesares y campos de la hoya de Castalla, llegan al pantano cargadas de légamo, que precipitado en capas sucesivas forma un cortezón de muchas varas en lo interior del estanque. Este quedaría inútil en pocos años si no se limpiase con frequencia; operación peligrosa quando no se hace con el mayor de los cuidados.
Llegando el tiempo de limpiar el pantano concurre mucha gente de los pueblos vecinos, y vienen de Alicante los diputados que deben autorizar el acto.En una de estas ocasiones, las aguas se llevaron por delante a
l Escribano y Comisionado de Alicante, que imprudentemente se detuvieron en el barranco mas tiempo del que debían; y arrebatados por la corriente fueron después hallados sus cadáveres a larga distancia desnudos, mutilados y negros”

El tiempo, sin duda, ha ido demostrando que Cavanilles fue un genio entre los genios. Aquel humanista, naturalista, historiador, botánico y geólogo, ya descubrió hace 300 años las virtudes e inconvenientes del pantano.
Hoy lo hemos descubierto en su texto. Ya entonces no sólo descubrió los grandes males de nuestra Huerta (alternancia entre grandes sequías y perores inundaciones), sino que dio con la clave de mantener en buen estado el pantano: drenarlo con frecuencia para limpiar sus aguas de los restos recogidos durante el trayecto por la hoya de Castalla.
Por desgracia, sus enseñanzas sirven de poco.
El Pantano más impresionante de la provincia yace, moribundo, en un desfiladero magnífico cuyos colores (marrón-roca, azul-cielo, verde-aguas) lo hacen incomparable.
Es cierto que Cavanilles obvió muchos detalles en su libro Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia (por ejemplo, al no citar que no fue una obra tan magnífica en su principio. Empezóse en 1579 y se levantó el paredón hasta la altura de 26 pálmos. Siendo insuficiente, se aumentó hasta la altura actual, habiéndose concluido la obra en 1595), pero aún así, su trabajo constituye un hito histórico incomparable hasta la fecha.
Y es que Tibi siempre ha sido muy especial.
No es posible dar una fecha exacta de la fundación de la población, que en latín significa «para ti», pero ya existía en épocas anteriores a la dominación romana, porque siendo España Provincia del Imperio Romano, el Gobernador encargado de la administración de está región, creyó conveniente mantener la huerta de Alicante con el riego del agua procedente de la actual Foia de Castalla, pero como en ella había cuatro poblaciones que eran habitadas por muchos vecinos, y usaban esta agua para sus cultivos, no se realizaron cambios.
Durante época musulmana estuvo gobernada por varios reyes, que fueron los encargados de construir el Castillo cuyas ruinas existen en la localidad. El pueblo perteneció hasta el año 1240, al Rey almohade Zayt-Abu-Zayt, y fue conquistado por Jaime I de Aragón. En el año 1244, según el Tratado de Almizra, celebrado entre Alfonso X y Jaime I, se trazo una línea que servía de frontera entre la Corona de Aragón y la Corona de Castilla, que partía de Biar y pasaba por Tibi y Busot hasta el mar.
Don Jaime I de Aragón entregó la Villa a Don Pedro Sancho de Lienda y a su esposa Ixonis de Soler, que tomaron posesión de un pueblo compuesto por 150 casas de cristianos viejos, es decir, familias que mantuvieron y transmitieron su fe cristiana durante los 700 años que duró la dominación islámica.
El señorío de la Villa de Tibi y su Castillo tuvo sucesivos señores hasta que a mediados del siglo XV paso a manos del Marqués de Villena, señor feudal de todo el territorio desde Jumilla a Villena y desde Belmonte hasta Tibi. Posteriormente, a principios del siglo XVIII el señorío paso al Marqués de Dos Aguas hasta su extinción en 1717.
Un hecho clave en la historia de Tibi es la Guerra de Sucesión que enfrento, tras la muerte de Carlos II, Rey de España, a Don Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia y al Archiduque Carlos de Austria, hijo del Emperador Leopoldo de Alemania, nieto de Felipe II. España se dividió en dos bandos, defendiendo unos al Borbón y los otros al Archiduque. Tibi, con las demás poblaciones de su Hoya, se mostró siempre acérrima partidaria y defensora de Don Felipe de Borbón. Asegurado en el trono de España, el Rey Felipe V, se concedieron muchas mercedes y recompensas a los pueblos que le habían sido fieles.
Hoy en día, Tibi es un pueblo pequeño y tranquilo ubicado entre el Maigmó y la Peña Roja. Su situación geográfica lo hace muy interesante para el turismo de montaña, que busca los senderos y los espacios naturales. El pueblo merece un recorrido a pie por sus tranquilas calles y su sosegado ambiente.
Al final de la calle El Carreret tenemos una bella vista panorámica del castillo; en la Plaza de España podemos comprobar la calidad de sus aguas en la fuente pública.
Aunque vale la pena una visita en cualquier época del año, el momento álgido es la celebración de las fiestas mayores en honor a la patrona de la Magdalena, que tienen lugar a finales del mes de Julio.
Fotos Antiguas: El Ojo del Tiempo en la Provincia de Alicante
Texto de Antonio José Cavanilles: Observaciones sobre la Historia Natural, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia


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