21 agosto 2007

LOS BALNEARIOS DEL POSTIGUET (II)

Continuación del artículo: Los Balnearios del Postiguet (I)

Antes incluso de aquellos pioneros que venían en el tren botijo, hubo otros muchos turistas que comenzaron a descubrir las bondades de los "baños de mar y de sol" que brindaba nuestra tierra.
En 1875, un inglés publicaba un relato sobre el verano, la gastronomía, el hospedaje, el tabaco, el puerto y el mercado en una carta enviada al diario "Times".
Este pequeño relato nos describe tanto los baños como el ambiente de actividades que los rodeaba, y la rutina diaria de aquellos que venían en vacaciones a Alicante y se hospedaban en las pensiones del entorno del Ayuntamiento y el Paseíto de Ramiro:
"Los bañistas toman sus habitaciones por un mes o seis semanas, no en chalets privados como es costumbre en los sitios ingleses de baños, sino en las fondas o en las muchas casas de huéspedes en que abundan las poblaciones españolas de algún movimiento. En la casa de huéspedes la vida es más barata que en la fonda, pero las dos comidas de mesa redonda, a las 11 y a las 6, son casi iguales en ambos establecimientos.
El gasto del hotel, incluido el pequeño dormitorio y las dos comidas diarias varía de uno a uno y medio duros, siendo el valor del duro como unos cuatro chelines y seis peniques de nuestra moneda.
Si se toma chocolate o té por la mañana, o se piden vinos o cerveza, esto se añade al gasto. El almuerzo a las 11 es un abundante lunch que consiste en pescado frito y cuatro o cinco principios de otros guisos más suculentos con vino y frutas de estación, sin aumento de precio. La comida de las seis es parecida con la adición de sopa y dulces.
Copmo regla general un viajero inglés que necesita algo para fortalecer su estómago antes de la hora del almuerzo, especialmente si toma su baño, su vaso de cerveza o vino escogido, puede muy bien acomodarse pagando dos duros al día."

Este inglés aseguraba que "el español nunca se queja de los alimentos, y aunque se los sirven de cualquier modo, siempre los recibe de la manera más alegre del mundo".

Con dobles y largas faldas, a la orilla del mar en el Postiguet entre 1900 y 1905. Este era el aspecto que antiguamente tenía un bañista o un paseante de playa.

Tras probar los balnearios, decidió describirlos así:
"Después de las seis de la mañana es de todo punto imposible el descanso: Cada cual se viste y se compone. El mercado ha empezado también (el antiguo Mercado de la Plaza del Mar), los pequeños vehículos y caballerías cargados de frutas y verduras convierten la calle en una verdadera Babel. Entre siete y ocho, todo el mundo toalla en mano baja a las casas de baños.
Son una especie de galería de casetas vistosamente pintadas que en dos alas se adelanta en el mar sobre caballetes de madera o de hierro, y con unas escalerillas para bajar hasta el agua.
Uno de los lados está destinado a las mujeres. Por regla general, los hombres son buenos nadadores y se separan largo trecho de la orilla, teniendo muchas veces a reserva un bote salvavidas que les sigue a cierta distancia.
Después del baño se da una corta vuelta por el paseo de palmeras que se extiende por la osta, se compran los periódicos, se contempla el sol, los buques a la carga, el árabe castillo del cerro..."
Tras un paseo, observa que "se discuten las materias más frívolas con extraordinaria animación, y se vuelve al hotel para hacer la tertulia a los dueños y pasar de este modo el tiempo hasta la hora del almuerzo. Concluido éste, se toca el piano y se haraganea hasta el mediodía. Desde la una a las seis, la fonda parece un cementerio; todo el mundo duerme la siesta".

En primer término vemos la estación clasificadora de ferrocarriles del puerto, en que se efectuaban, además, maniobras y aparcamiento de vagones. Posteriormente se utilizaría como apeadero del Trenet. Al fondo vemos los balnearios permanentes.

Algarabía similar a la que hoy podríamos encontrar en una de nuestras playas en cualquier domingo de Agosto.


Perspectiva del Paseo de Gómiz entre 1925 y 1930. Se observa una playa estrecha y descuidada, con los balnearios sobre la arena y el agua.

Vistas de la fachada marítima con los balnearios en el Postiguet.
Vistas de la hilera de Balnearios.

Balneario de La Alianza.

Vista del Balneario Diana desde el actual Paseo de Gomis.

 
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