30 junio 2007

ALICANTE EN EL RECUERDO: LA RAMBLA

Cuando Alicante era una ciudad amurallada (no hace mucho tiempo), por el lugar que hoy ocupa la Rambla bajaba la muralla que se construyó en 1536 por orden del rey Carlos I. El lado interior del muro llevaba precisamente como nombre el de Calle del Muro, y el lado exterior era el Barranco de Canicia.
Hacia el interior, las callejuelas se apretaban, mientras que en el exterior había más espacio. Allí se construyó en 1675 el Convento de las Capuchinas. Resultado de la demolición de las murallas, la Rambla de Méndez Núñez (antes llamada Paseo de Quiroga y Paseo de la Reina) ha conocido numerosos cambios hasta la actualidad. El paseo central elevado decimonónico, de aire romántico, acogió en sus alrededores al Mercado, en 1912, trasladado allí desde la Explanada. Cuando se inauguró el Mercado Central, en 1923, comenzó el desmonte del paseo para dar lugar a un amplio viario central, rodeado de árboles. En la postguerra, la Rambla fue prolongada hacia Alfonso el Sabio y hacia la Explanada, derribando varias manzanas que la estrechaban.



La esquina de la Casa del Ascensor con el Portal de Elche a principios del Siglo XX (Foto de AlicanteOnline)

Postal de los años 70. Se contempla la gran fisura urbana que ha conformado el urbanismo de la Rambla con un desarrollo edificatorio desproporcionado: los edificios de baja altura de las calles aledañas, conectan sin transición con moles de 10 plantas o más, que cierran vistas en callejones, dan sombra y hacen del acceso al barrio algo que la gente tiende a evitar, en lugar de invitar a verlo. Los grandes edificios constituyen un auténtico "paredón" que tapa el barrio, que lo separa de la ciudad en lugar de integrarlo, y que crea una barrera psicológica haciendo de las calles que entran a la ciudad antigua unos callejones oscuros que a los turistas y a los de aquí no les invitan a descubrir.

Lo que está claro es que la Rambla fue la primera de las muchas grandes barreras geográficas con las que tuvo que luchar la ciudad para poder extenderse. Significó el primer gran crecimiento de una villa que a intramuros estaba realmente saturada y en condiciones poco higiénicas por lo masificado de las viviendas y lo insalubre de sus calles.
La Rambla se pudo crear rellenando el barranco con los propios escombros de la muralla.
Con el tiempo, las riadas cíclicas que sufre la ciudad hicieron necesario crear un gran colector subterráneo que desembocara en el mar con las aguas pluviales de la zona y las que eventualmente pudiera acarrear una gota fría. La desembocadura de este colector se ubicó junto al Hotel Carlton de la Explanada (seguro que todos habéis visto estos grandes agujeros cubiertos con barrotes gordos frente al BBVA).


Las inundaciones de 1997 demostraron que este colector era insuficiente, y motivaron una cadena de inversiones faraónicas en la ciudad (todos recordamos las odiosas pero necesarias obras)para crear una gran red de evacuación de aguas pluviales.
En la Rambla sufrieron innecesariamente unas larguísimas obras.
Se dió con un Torreón de la antigua muralla justo entre la Plaza San Cristóbal y el monumento a la Constitución, en la bifurcación de la Torre Provincial.
Se fotografió y estudió al completo, y mientras unos defendían hacerlo visitable, esto se descartó por lo costoso y por tratarse de un yacimiento que sólo consistía en el Torreón, y se protegió por si en otro momento se decidía otra cosa, pasando de nuevo la calle por encima.
Este Torreón se encontraba casi al completo, salvo la cornisa, esto nos puede ayudar a hacernos una idea de lo mucho que subió la altura de la rasante del suelo con el relleno del barranco (en la Plaza San Cristóbal hay un cartel informativo que explica este hallazgo para quien quiera saber más).
Tras crear una auténtica "avenida" subterránea (he visto imágenes espectaculares!), se procedió a urbanizar con bastante mejor calidad de materiales urbanos que los anteriores esta avenida. Sin embargo, y como decisión de la sabiduría personal del Alcalde Alpperi (el mejor modo de gobernar una ciudad de 350.000 habitantes está claro que no es atender a lo que aconsejen los técnicos especializados en cada área, que han estudiado para ello, sino que está claro que hay que comportarse como quien hace obras en su campo o su chalet a su antojo), se decidió no restituir las palmeras que daban continuidad con enre La Explanada, las Calles Calderón de la Barca y San Vicente hasta la Plaza de Toros, y cambiarlas por un arbolado que tuviera hojas grandes y diera floración en primavera, para crear una imagen más acorde con la Rambla Original y que diera sombra para favorecer el comercio.
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