13 abril 2007

LA LEYENDA DE ALICANTE

Esta leyenda, que explica el nombre de Alicante,

nos viene dada en forma de historia de amor..
Ese amor imposible con final trágico, al igual que Romeo y Julieta, en el que los pretendientes no pueden reflejar su pasión.
En el caso de la ciudad de Alicante, son Cántara y Aly, amantes desgraciados donde los haya, que tuvieron el tardío consuelo de ver fundidos sus nombres para dar denominación al lugar que fue testigo de su amor imposible.
Cántara era una musulmana hija del Califa de la ciudad (la actual Alicante), y además de su posición social, tenía a su favor su belleza sobrehumana, por lo que no fue extraño que dos jóvenes musulmanes se enamoraran locamente de ella. El Califa decidió que uno de ellos sería un buen marido para su hija, pero...¿cual de ambos?
El Califa, ante el gran dilema que tenía, tomó una decisión salomónica: los pretendientes deberían llevar a cabo una tarea concreta, y Alá decidiría. Por tanto, Almanzor (el otro pretendiente) y Aly se pusieron manos a la obra. Almanzor tuvo que ir a las Indias a traer raras especias a su amada, mientras Aly se comprometió ante el Califa a cavar una acequia enorme y poder traer el "agua verde" a Alicante desde Tibi.
Dicen las crónicas que mientras Almanzor iba rápidamente con sus barcos a las Indias a traer especias, Alí no se tomó tan en serio su trabajo: se dedicó más a escribir poesías a su amada e ir hablando de ella por todo el mundo... Cántara se enamoró de él locamente, sin esperar siquiera ver finalizada su tarea y la de Almanzor...
Pero la elección ya estaba hecha. Un dia llegó Almanzor a la costa de Alicante con sus barcos cargados de especias y el Califa, que era hombre de palabra, le concedió la mano de su hija. Alí, desesperado, se tiró al vacío por un barranco (se dice que sobre ese lugar se construyó algunos siglos después el Pantano de Tibi). Cántara, sumida en la desgracia, decidió seguir los pasos de su amor, y se tiró al mar desde el risco de San Julián, que desde estonces vino a llamarse "el salt de la reina mora"
Dicen que el Califa murió de tristeza, y que, sorprendentemente, su efigie apareció grabada en el monte Benacantil. Cuenta la leyenda que la corte, impresionada por los hechos, decidió llamar a la ciudad "Alicántara", de donde viene el nombre actual "Alicante".

 
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